Lo que nunca debes hacer si no quieres destrozar tu coche con la calima

Aquí te mostramos lo que nunca debes hacer si no quieres destrozar tu coche con la calima. Sigue estos consejos y tu coche no sufrirá por la “lluvia de barro”.

Durante gran parte de esta semana, España está sufriendo un nuevo episodio de calima que no solo teñirá de color naranja el cielo, sino que puede afectar gravemente a la integridad de los vehículos. Por eso, es importante saber lo que nunca debes hacer si no quieres destrozar tu coche con la calima.

Con estos consejos estarás preparado para proteger tu coche de los efectos de la calima, tanto a nivel mecánico como en el exterior, que son los partes del vehículo que más sufre por este fenómeno meteorológico que se da de vez en cuando en la península y que es mucho más frecuente en las Islas Canarias, por ejemplo.

Cómo afecta el polvo sahariano y la calima a los coches

¿Qué es la calima?

Para empezar, si no has oído hablar nunca de la calima, te conviene saber de qué se trata este episodio meteorológico. La calima aparece cuando se registran altos niveles de polvo en suspensión en el ambiente. Este polvo puede contener cenizas, arcilla o arena y, cuando se produce en España, es generalmente debido al polvo procedente del Sahara.

Acompañando a este polvo suelen venir precipitaciones que, en contacto con la arena en suspensión, acaba convirtiéndose en precipitaciones de barro, especialmente en la zona de la vertiente mediterránea, por lo que también se le conoce como “lluvia de barro“.

Para identificar la calima, el fenómeno más común y también el que más llama la atención entre los que no están acostumbrados a ella es el cielo naranja. También dificulta la visibilidad y puede suponer problemas para personas que padecen enfermedades respiratorias. 

Una vez este polvo se posa, es fácil que el suelo y otras superficies, como la carrocería de tu coche, se cubra de una capa de arena muy fina, pero también compacta.

¿Cómo afecta a la mecánica de tu coche?

Son dos los componentes de la mecánica de tu coche que más sufren en episodios de la calima y ambos se encargan de una función similar. Uno de ellos, que es el encargado de limpiar el aire que accede al interior del vehículo, es el filtro del habitáculo o antipolen. El otro es el filtro de aire del motor.

El que más se puede ver afectado es el filtro del habitáculo, por lo que sería recomendable reemplazarlo tras un episodio de calima, especialmente si el coche está próximo en kilómetros a una revisión de mantenimiento.

Lo mismo ocurre con el filtro de aire del motor, aunque en este caso no se verá tan afectado si apenas hemos conducido el coche con la calima y, si lo hemos hecho, no ha sido durante un viaje muy largo. Aun así, si pronto toca hacer una revisión, es aconsejable sustituirlo.

¿Y a su exterior?

El exterior es la otra zona que puede sufrir por la calima, especialmente si el coche está estacionado en la calle o si duerme en el exterior. Como te decía unos párrafos más arriba, la calima desaparece una vez se posa todo el polvo en suspensión y, su tu coche está en exterior, acabará cubierto de una fina capa de polvo, que es fácilmente identificable por su color rojizo.

Esto va a afectar a todas las zonas de la carrocería, incluyendo las lunas y los faros. En este caso, lo que debes evitar si no quieres destrozar tu coche con la calima, es accionar los limpiaparabrisas para impedir que las escobillas rayen el cristal por la presencia de la arena. 

Cómo debes limpiar tu coche tras la calima

También hay un elevado riesgo de que la pintura se raye por el polvo, por lo que debes saber cómo limpiar el coche tras la calima. Para lávalo, emplea agua tibia para retirar el barro y el polvo acumulado en la carrocería. Es más aconsejable usar un chorro de agua sin presión, aunque se puede usar también a presión guardando un distancia de seguridad pertinente.

Retira todo el polvo y el barro acumulado y, una vez en este punto, emplea productos de limpieza adecuados, con jabones que no afecten a la pintura y paños de microfibra para el secado. Dedica un trapo o paño específico para las llantas y otros dedicados solo a la carrocería y los cristales.

Además, es aconsejable empezar de arriba abajo, ya que en la zona inferior de la carrocería es donde más se acumula la suciedad y, por tanto, corres el riesgo de ensuciar los paños y usarlos luego en superficies que estaban mejor conservadas.

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