Miguel Ríos, en una imagen de 1971. El cantante de Granada siempre ha sido muy hermético con su vida privada. / Getty
Miguel Ríos ha creado, a lo largo de su vida, una coraza en todo lo que tiene que ver con el terreno de lo personal y pone palos en las ruedas a aquellos que intentan adentrarse en él. Por eso, poco se sabe de las mujeres que han supuesto un pilar importante en su existencia.
Gracias a algunas pistas que él mismo ha dado, conocemos detalles como que vivió casi
dos décadas de amor con la casi anónima
Margaret Watty; sabemos también que con ella tuvo a su hija Lúa; y hemos podido cotejar que actualmente está con una mujer llamada Regina. Todo lo demás, le pertenece a él y a los suyos.
Este martes, el reconocido cantante granadino de 78 años se sienta junto a Risto Mejide para compartir sus secretos. El presentador ya ha logrado las confesiones del
mayordomo de Diana de Gales, Paul Burrell,
Bárbara Rey o
Cayetano Martínez de Irujo. Y, por su parte, Miguel ya ha expuesto algunas revelaciones frente al papel. En 2015 publicó su libro
Cosas que siempre quise contarte (Planeta), una autobiografía para indagar en quién fue él mismo, uno de los
pioneros del rock.
En sus páginas daba trazos de la fuerza de las mujeres en su vida. Habla con indirectas; cuenta que se ligó a una
ministra, a una
actriz de ojos claros o a una
ayudante de dirección que terminó por ser muy influyente. Eran «piedrecitas», pero sin dar nombres, como dice en una entrevista con El Periódico. «Yo siempre he sido ligado, no ligador», asegura.
Cuáles son las mujeres de la vida de Miguel Ríos
Una de las confesiones de
Miguel Ríos fue sus ganas de intimar desde muy joven. A los 14 años estaba embobado por una vecina que tenía veintitantos. «Fue un
milagro», comenta sobre ella. «Era una mujer
prodigiosa para mi vida», asegura.
Pero la pareja con la que pasó más tiempo fue
Margaret Watty. Era una inglesa a la que conoció en 1971, en Ibiza. Estuvieron juntos casi dos décadas, pero de ella se sabe muy poco. Tuvieron a Lúa, la única hija del artista, una mujer que ha contado algo más sobre su madre. En una entrevista con La Verdad comentó que es diseñadora de ropa, traductora y devota del dulce (algo que ha heredado también
Lúa Ríos, quien ha montado una tienda de chocolates).
La hija se inspiró en su padre, pero con matices. «
Lúa, Lúa, Lúa, cuando crezcas algo llena tu cabeza de rock, será como un juego para conocernos mejor», le dedicó en 1980, cuando ella aún era un bebé de 2 años. A sus 43 años ya es una mujer que se ha desarrollado en una banda de música indie. Con Carlos del Amo creó el grupo
Gold Lake (cuyos miembros viven entre España y Estados Unidos) y también pasó por
Searchin’ Detroit y
We Are Balboa.
Aunque no le molesta directamente que la relacionen con su padre, porque está «orgullosísima de él», a
Lúa Ríos le sorprende que la gente la anule como artista, como confesó en una entrevista para La Verdad. «Una vez, yendo de gira por los pueblos, en el póster nos anunciaban como el grupo de la
hija de Miguel Ríos, ni siquiera ponía el nombre de la banda», recordaba: «Además, musicalmente no tenemos nada que ver».
Su nombre aparece únicamente en una parte del libro de Miguel Ríos, en la dedicatoria. Tiene explicación. «Si no hablo mucho de Lúa en el libro es porque ocupa un espacio
tan vital en mi vida, tan gigantesco, que me cuesta trabajo hablar de ella. Lo que ocurre es que no puedo escribir el relato de su propia vida. A mí me gustaría que lo escribiese ella misma», describe a El Periódico. Ella es uno de los regalos más grandes de la vida del artista.
El cantante Miguel Ríos en sus primeros años como artista. /
instagram
¿Y cuál es la otra persona a la que le dedica sus memorias? Su actual pareja, Regina. Es una mujer en el anonimato a la que llama «compañera», como hizo en una entrevista con El Hormiguero. En esa charla con Pablo
Motos dio otra pista, que ella es más joven y por eso estaba más tranquila que él en los confinamientos de la pandemia, mientras él tenía miedo de salir. Pero no ha dicho nada más.
De Rocío Dúrcal a una amante de Barcelona, los amores frustrados de Miguel Ríos
Como ha reconocido Miguel Ríos, también sufrió amores no correspondidos, como lo fue con la cantante
Rocío Dúrcal. Le gustaba «más que comer con los dedos». En una entrevista con Efe Radio admitió que no daba el paso porque se sentía como «un
catetillo». «Ella tenía novios muy guapos, como Júnior, que era filipino. Y yo soy de Granada», prosigue. Años más tarde se hicieron amigos y él aprovechó para preguntarle si había notado esa química. Ella, efectivamente, siempre lo supo.
Todo su halo de secretismo lo aprendió de una amante barcelonesa. Una mujer madura que le enseñó a no desvelarlo todo. Sus memorias dan algunas pistas: «La función del libro es
rellenar vacíos en gente que me ha apreciado como músico, personas que alguna vez hayan comprado un disco mío, para demostrar que somos todos de la misma materia».
Pero está en contra de la exposición por exposición, de airear los desengaños. «Me parece la parte más
miserable de la comunicación cultural, que sirva de revancha de alguna cosa particular, pero que además a la gente le interese tanto», describió hace unas semanas a Europa Press. Se refería a un caso muy concreto: «¿A mí qué coño me importa si
Shakira y Piqué se llevan bien o mal?». Él se queda con lo suyo, sin compartirlo.